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lunes, 11 de agosto de 2014

DÍA 77: LA MALDICIÓN DE YENIÇAĞA

Yeniçağa, Turquía 0 Km
Acumulado: 5220 Km

Amiguitas, poco os puedo contar de este domingo 10 de agosto. Tan solo que ha sido un despropósito.
La mañana la hemos vivido en el alambre. Ha sido espeluznante y desde luego no me hago responsable  de nada de lo sucedido.

Pero no os preocupéis, las cosas fueron más sencillas de lo que os estáis imaginado.
La noche anterior habíamos dormido en un hotel cutre pero resultón en Yenicaga. Nos levantamos tempranito, a eso de las ocho, dispuestos a un gran día en lo que kilometraje se refiere. Pero Yenicaga nos había preparado una sorpresa antes de abandonarla.

Adolfo siempre tan ordenado.

Efectivamente salimos disparados. Exactamente lo que duró el trayecto de la puerta del hotel hasta el primer semáforo. Cien metros. Ahí pinche. Piiichhsss…!!!!
Parada técnica a todo correr. Muy de Adolfo porque oye, nada de revisar el neumático por si tenía algo clavado. No, no, parchecito al canto en la cámara y al ataque.
Como balas otros cuarenta metros y piiichhsss…!!!! Segunda convocatoria, segundo parche.
Por desgracia parches es lo único que Adolfo puso durante la siguiente media hora hasta en otras cuatro ocasiones más. Porque soluciones ninguna.
Después de trescientos metros, seis pinchazos y unas malas pulgas del carajo Adolfo decidió que ya era hora de volver al hotel, pedir otra noche y tomarse con calma lo que estaba pasando.
Y ahora veamos: ¿Qué tipo de maldición nos estaba persiguiendo? 
¡LA MALDICIÓN DEL ALAMBRE!
Nuestros males estaban en un alambre que se había incrustado en el neumático. Sí, un alambrito. El muy cabronazo no se veía por fuera y casi tampoco por dentro. La cosa era jodida os lo aseguro.

¿Vosotros tenéis vuestros problemas con las hemorroides, no? 
Pues yo llevo en silencio mis pinchazos... ¡qué carallo!


Esa retirada a tiempo al hotel fue una victoria porque sin el stress de la carretera Adolfo pudo localizar la que fue mi auténtica bestia negra mañanera.
Si es que hay espinas en la vida de una que no se quitan más que con paz y tranquilad.
Tras las reparaciones Adolfo aprovechó la tarde para grabaros un tutorial que no tiene desperdicio. Disfrutadlo. Chao, chao…







2 comentarios:

  1. Si crees que lo has visto todo en lo que a cagaderos se refiere... vete preparándote mentalmente para la versión China de compartir una especie de canalón, cuya agua fluye debajo de tus pies llevando "las cosas" del vecino. Pena que no se puedan adjuntar fotos en los comentarios. Un abrazo meu. Por cierto.. ¿Votarías a a Erdogán, no?

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    1. Tenias que ver el anuncio de su campaña que ponian en la TV. Era para mearse de la risa. Menudo mafias.

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