DIA 8: SAHAGÚN ADOLFO CADA DÍA ESTOY MÁS FLACA

Etapa 8: LEÓN – SAHAGÚN  65 KM

Salida 13:30

Llegada: 16:00

Acumulado: 507 Km

Hoy el día va de “vamos a tomar contacto con el medio”.

Para empezar el fulano, con esa naturalidad innata que tiene por tomar contacto con cualquier espécimen con el que se va encontrando, lió por la noche y me llegó a las mil quinientas al albergue. Todo ello después de aderezarse bien a cervezas, claro. Y es que al chaval ya lo conocéis. Vino por aquí, tapa por allá, cervecita por acola… y liada parda.

Total, que me aparece al punto del alba y empiezan él y el segurata a echarme un rollo que lo flipas:

• Que si Paul McCartney  está muerto.
• Que si Elvis Presley tiene una residencia en Carrión de los Condes.
• Que si el Rey Juan Carlos es un muñeco de cera con control remoto porque el de verdad lleva años viviendo en Bostwana (mira qué casualidad con lo que luego nos trajo el día).

Esto que os cuento es verídico.

Total, que cuando normalmente nos levantamos... Hoy nos acostamos.

La mañanita fue soberana. Y eso que como se hizo amigo del alberguista le dejó dormir hasta las 11. Si es que es un enchufado.

¿Dónde está Tato?
Ganador de ayer Andresito. Estaba en la letra "e" de la "de".

Cuando me apareció a las 12 no traía buena cara, no. Parecía mismamente el del día de O Cebreiro. Eso sí, tuvo el detalle de ajustarme los frenos y engrasarme el cambio  mientras se tomaba un bocata de tortilla.

 Pero luego empezó como loco a menearme el sillín, a acolcharlo, removerle  la espuma, estrujar el cojín… Con lo que me molesta que me toquen el sillín.

¡Pero qué le pasa a este colgao coño!

Uno se habitúa a todas las rarezas de sus colegas. Pero que tu pareja de baile te diga que te estás quedando en los hierros porque el sillín cada día se le clava más en el culo sobrepasa la raya.

Y atención, porque me lo dice un tipo que no se ve la picha para mear de lo hinchado que anda. Y no será que tú cada día te me incrustas más en el asiento fenómeno.

Dejo el tema porque me reóxido.

Me cogí tal cabreo con lo del sillín, que no lo mandé de una patada  por el Canal de Castilla para abajo de milagro.

Siguiendo con el tema del principio, ese de “vamos a tomar contacto con el medio”, hoy fue el día de las “paradiñas”. Y no precisamente para disfrutar de los paisajes. Más bien está relacionado con los problemas de Adolfo con la morcilla picante que se tomó la noche de ayer. Desde luego cuando la mierda tenga valor, los pobres nacerán sin culo. Porque sino nosotros con el chaval estaríamos forrados. Con deciros que nos gastamos dos rollos.

La molestia no es que él se vaya a cagar por ahí, que a mi él y su mierda me la soplan. El problema es que a quien buen árbol se arrima, ¡llega un perro y le orina! Esta es la triste vida de una bicicleta, la de que te dejen zapateada en cualquier parte y claro llega el perrito y que si cheira un poco, que si le parezco graciosa, que si mis ruedas le huelen a perra (será por el que llevo encima) y…zaca, meada al canto.

Lugar del crimen

Necesito un baño.

Llegamos a Sahagún a la hora de la siesta. Mucho calor. Me dio la ducha merecida, siguió con el cojín a vueltas y marchó para el baño.

Bueno hoy parece más formal y lo he visto tomando una cervecita preparando la ruta de los próximos días. Guachí. Cada día una aventura.

Sahagún conquistado por Adolfo y la Babieca.
No hay baño que no se nos resista.