DIA 12: LA PELOTA VASCA

Etapa 12: NÁJERA- LOGROÑO 30 KM

Salida: 14:00

Llegada: 17:15

Acumulado: 766 Km

Este país definitivamente está lleno de parados. Sino no se explica lo que nos ha pasado hoy.

Amanecimos tarde, sobre las 10:30 de la mañana. Es lo que tiene dormir al aire libre y no regirse por el horario peregrino. Estábamos los dos algo desganaos, la verdad, así que fuimos hasta el pabellón de los deportes que está al lado de donde dormimos para darnos una duchita. Y digo darnos porque había un limpiador para bicicletas, algo que por esta zona se estira mucho por cierto. Estos riojanos son cojonudos.

Pues eso, duchita, preparación de alforjas, ajustes varios, montaje y… una pandilla de najerinos (que es como se llama a los lugareños de Nájera) aparecieron por la puerta del pabellón, con unas pelotas muy raras y unas extrañas vendas en las manos. Todos sin trabajo o jubilados. La leche.

La curiosidad mató al gato… y a Adolfo en curiosidad no le gana nadie, así que decidió sentarse cómodamente en la grada para ver jugar a estos fenómenos a nada más y nada menos que a la pelota vasca, deporte del que yo no había oído hablar en mi vida. Bien es cierto que a mí me quitas del ciclismo y me matas, claro.

Oye, flipo. El juego es coger una pelota y estamparla contra una pared. Sí, sí, como lo oís. Un sin sentido. Dale que te pego estos machotes a una pelotita saltarina. ¡La osti tú! Que animales. Que raza. Que fenómenos. Estos jichos son más duros que un empaste del increíble Hulk.

Yo creo que si los profesores gallegos de Educación Física dieran este deporte en sus clases, empezarían a tomarnos  más en serio en España. Es para pensarlo. 

Y de pronto ¡zas!, uno se lesiona. ¿Y quién estaba allí? El duro por excelencia. El hombretón. El medio hombre. El Adolfo.

• Yo, yo, yo… voluntario (gritó saltando como una bailarina delante de estos machos).

Y la verdad es que los tipos amabilísimos le explicaron las reglas, le situaron en el campo y a darle chaval.

Teníais que ver al Adolfo, desgüevado por la pista. Para arriba. Para abajo. Para el suelo. El hombre estaba más perdido que un hijo puta el día del padre. Pero eso sí, todo voluntad, todo energía, todo coraje y pundonor…hasta que chof. Manitas reventadas y a la grada.

Mirad las manos del pelotari blancas como la leche y las de Adolfo rojas como tomates.

Y es que Adolfo es así, mucho empuje e impulso pero luego... No es por meterme con él, pero en ese sentido me recuerda al gato que salta más que CR7:

En fin, sin comentarios. Toda una experiencia.

Al final nos dieron las dos de la tarde y claro, ¿qué hacemos? Pues etapita tranquila. Nada de mazadas. Hoy treinta kilómetros y hasta Logroño.

Y gritando oño, oño, oño, llegamos a Logroño.

La primera en la frente. Joder, Logroño en fiestas. Madre mía, la liamos. La capital del vino en fiestas, con puestos por todas partes, gente con una taza, comida por las esquinas.

¿Dónde está Tato?
Ganadora de ayer  Raquel Marta, que las pilla todas.

Total, que os escribo desde el centro de Logroño rodeado de más de veinte personas que no me sacan ojo.

Jo, que gente guay. Alucinan con una bici de treinta años en estas historias. Al Adolfo no le hacen ni caso, pero por mí le han dado hasta dinero.

Pero el Adolfo aunque es más corto que el traje de Torrebruno hay que reconocerle que es un tipo guay y no ha querido venderme. Es que somos uña y carne.

Me ha dicho que en un rato nos vamos al albergue.

 Eso espero, porque mañana hay etapón.

 Pero eso será otro día. Mañana…más… Tomorrow is another day!