DÍA 10: BURGOS NOS LO COMEMOS CON PATATAS

Etapa 10: CARRIÓN DE LOS CONDES 100 KM
Salida: 08:00
Llegada: 15:55
Acumulado: 646 Km

Con todos mis respetos, hay días en las que una se levanta jodida y jodida se queda.
Hoy he sido yo la que he ido todo el rato contra las cuerdas. Se me ha hecho la etapa más larga que un día sin pan. Y eso que hasta ahora era yo era la fina y Adolfo el culero.  Pero hoy me ha pegado una pájara que me ha hecho sentir más inútil que el cenicero de una moto.
Y además no sé que habrá desayunado el mamoncete porque iba como una furia. Bueno o el desayuno o la cena de ayer. Y es que el “jodio” no sabe nada y ayer se metió entre pecho y espalda unas “patatas a la importancia”. Toma ya. PATATAS A LA IMPORTANCIA, típicas de la zona. Con ese nombre como para no ir hoy como Fernando Alonso. Si os cuento mi cena: unas gotitas de lubricante en los cambios y una grasilla para la cadena lo entenderéis todo.
Total, que el Adolfo hizo honor al nombre de las patatas y sintiéndose importante tiró millas los primeros 50 Km. Vientito de costado, ni frío ni calor, poco tráfico, las patatas importantes en las piernas y ganas de llegar a la tierra del Cid.

La mañana estaba preciosa

Pero a los 50 kilómetros…carallo amigos…a los 50 kilómetros…
Los elementos se pusieron en contra nuestra. Y es que empezó un viento gélido a entrarnos de frente que se me pusieron los pinreles del manillar erizados. Eso, sumado a una fría lluvia que se nos metía  por todos lados y a la camionada de la N-120, hicieron de este tramo un infierno.
Joder, me estaba quedando más rígida que la barba de Chuck Norris... cuando de pronto... crack…pinché. Normal, iba más mareada que el Adolfo al salir del Toni´s  a las 7 de la mañana (mítico pub que el chiquillo frecuenta semanalmente en Vigo y que suele abandonar en último lugar).

Parecidos razonables

Y ahí el chaval se portó. Me metió en una casa en obras, me cambió los cauchos, me apretó los cambios y los frenos y me afinó un poquito la cadena, que la llevaba más larga que una erección de Rocco Siffredi.

Esta obra de la N-120 tiene una pinta de terminar en lo que vosotros os imagináis.

Ya más entera nos dirigimos raudos y veloces hacia la ciudad burgalesa. Y digo veloces porque el culto de mi dueño quería ver como el famoso papamoscas salía a dar las horas a las cuatro. Si señoras y señores, a las cuatro. No le valía a las cinco, ni a las seis. A las cuatro.

¿Dónde está Tato?
Ganador de ayer Xavi E.

Entonces apretó de lo lindo para que llegáramos a esa hora. Y todo por ver a un put…papamoscas.
A las 15:55 estábamos entrando por las puertas del Burgos antiguo y a las 15:57 descabalgando delante de la catedral. Allí me dejo con unos quinquilláns que hacían malabares para que me quedase entretenida.

Mira que contento estaba el jodido por llegar a las 15:57

Pasado el protocolo de la catedral, nos fuimos al albergue (pedazo de hotel de 6 pisos a 5 € la noche) y nos echamos una siesta de 3 horas, como Dios manda.
Ahora ya lo dejé tomando birras con unos vascos. BRAVO. Porque Adolfo con unos vascos y una botella de vino es más peligroso que Diego Armando Maradona en una farmacia. Eso significa que si hoy lía mañana ira más tranquilito el animal.
Así que con esos buenos augurios me despido… Caminito de Rioja…je, je… (La que se puede montar allí con este y esos caldos…).

Al fondo el verdadero Cid.
Al frente la auténtica Babieca.